Un tratamiento legislativo que no se condice con el peso económico del sector agropecuario en el Producto Bruto Interno (PBI) del país: este año, solo el 5% de los proyectos de Ley que llegaron al Congreso tuvieron que ver con el campo.
La Fundación Barbechando, organización que monitorea la actividad del agro en el terreno legislativo, explicó que “el Presupuesto 2025 es el tema trasversal en la agenda de los legisladores”.
En ese marco, la agenda del agro no logra “sembrar” en el terreno del recinto parlamentario y tanto diputados como senadores no se hacen eco de lo que pasa en la actividad primaria.
Hasta el momento, en el período que comenzó el 1 de enero hasta fines de octubre, solo 127 de 2553 proyectos de ley que ingresaron correspondieron al campo.
LOS QUE SÍ FUERON TRATADOS EN EL CONGRESO
El caso del RIDA, tal cual se conoce al Régimen de Inversiones para el Desarrollo Agroindustrial, parece ser uno de los pocos que tendría una mejor perspectiva.
Otro caso es el relacionado al vandalismo rural: la Comisión de Legislación Penal dictaminó por unanimidad una propuesta que plantea modificaciones al Código Penal para endurecer penas e incorporar agravantes para los delitos de incendio.
“En Biocombustibles sigue en debate el proyecto de la Liga Bioenergética. Los actores, incluido el Ejecutivo, presentaron sus argumentos”, comentaron.
Los acuerdos se dan en torno a aumentar el corte, mientras que las disidencias radican en la claridad de redacción del proyecto, los actores que fijan el precio y como se distribuyen los volúmenes de compra.
LA RELACIÓN ENTRE EL CONGRESO Y LA CASA ROSADA
Según indicaron, avanza un proyecto que “busca ampliar la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo, encargada de revisar los Decretos de Necesidad y Urgencia”.
Este paso permite que el rechazo de una sola Cámara sea suficiente para anularlo e implementar un plazo de vigencia para los DNU, tras el cual perderían su efecto.
“La ausencia de una agenda con temas de relevancia política es una de las razones que explican las cinco semanas sin sesiones y un mínimo movimiento en las comisiones”, lamentaron desde Barbechando.
Y sumaron que “la disputa por la presidencia del PJ y las tensiones al interior de la oposición -dialoguista y no dialoguista- son sólo algunas de las cuestiones que han ocupado la agenda de los senadores en detrimento de su labor legislativa”.
Pero no solo en el peronismo se aprecian tensiones y pujas, sino que el radicalismo tiene su propia batalla interna. “Luego de desacuerdos dentro del bloque radical y su posterior fractura, se conforman nuevos bloques que hace crecer las alianzas”, sostuvieron.
“Por un lado, el núcleo duro radical se percibe como “oficialista del cambio” , aumentando la capacidad de negociación de los liberales. Por el otro, la oposición suma también voluntades”, cerraron.
Fuente: Infocampo