La relación cambiaria que se generó a partir de la devaluación de 2001 representó un fuerte impulso para el sector agropecuario.
De esa manera y pese a un escenario internacional de precios bajos para los granos, fue el puntapié inicial para transformar al agro en uno de los eslabones más competitivos de la economía nacional.
Lo que era un interesante punto de partida se vio frenado de manera parcial por los derechos de exportación cuando el entonces presidente Eduardo Duhalde -tras la salida de la convertibilidad y la devaluación del peso- elevó los derechos de los granos.
De este modo, soja y girasol pasaron a tributar 23,5%, mientras que maíz y trigo subieron a 20%.
LA EVOLUCIÓN DE LA SOJA
En el caso puntual de la soja, un informe elaborado por el productor y ex vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Néstor Roulet, estimó que, aunque el precio FOB del poroto aumentó un 86% entre 2002 y 2025, el productor en estos días trabaja con márgenes negativos.
Estos números están en rojo, incluso con la rebaja temporal en los derechos de exportación, que se extenderán hasta el próximo 30 de junio.
Roulet consideró que además de este incremento impositivo, las sucesivas intervenciones en los mercados y la infraestructura vial en muy mal estado -entre otros factores- se reflejó en una fuerte suba de los costos directos e indirectos de producción.
En su trabajo, comparó el margen bruto de un productor que siembra soja en campos alquilados, a una distancia de 300 kilómetros del puerto y con un rinde de 35 qq/ha.
Para la comparación, midió esos parámetros en los años 2002 y 2025.
Con un nivel de rindes de 35 qq/ha en los dos años de la comparación, los números presentados por Roulet presentan contrastes por demás marcados. Así, a partir de valores FOB de soja de U$S 198 durante la campaña 2001/02 y de U$S 368 en 2024/25, el ingreso bruto por hectárea es de U$S 162,8 y U$S 334,8 respectivamente.
Según este análisis, mientras el margen bruto en estos planteos era de U$S/ha 143,4 en 2002, en la campaña anterior fue negativo en U$S/ha 6,3, casi 1% por debajo de la línea de flotación.
Además, señaló que mientras el ingreso bruto del productor en ese período creció un 86% en dólares, las retenciones por hectárea aumentaron un 106%; los costos directos e indirectos 176% y 139%, respectivamente y los alquileres un 180%.
Fuente: Infocampo